Entre la colección fotográfica de Juan Jesús Portillo Ramos se encuentra una albúmina de Francisco Uclés Algarín. Nacido en El Coronil y casado en 1849 con Inés Martínez
Martínez, sería el patriarca de una de las familias más poderosas de
Puerto Serrano a finales del siglo XIX e inicios del XX: los Troya
Uclés.
Francisco Uclés accedió a la alcaldía del bolichero en
noviembre de 1854 tras ser remodelada la anterior corporación,
constituida en el mes de septiembre, por parte del gobernador provincial. Sucedió en el cargo al que era su suegro Manuel Martínez.
Fue elegido alcalde por segunda vez en las elecciones de 1870. Como
líder moderado, y tal y como recoge Fernando Romero Romero en su obra
“Historia de Puerto Serrano” le tocó dar cerrojazo al Bienio Progresista
y lidiar con la difícil situación económica que padecía el municipio.
En el plano personal y familiar unió sus posesiones, en El Coronil, a las que obtuvo por su casamiento con Inés Martínez, lo que le supuso ser una de las familias más adineradas de la zona, siendo propietarios entre otras fincas de Sosa y Topete, en los alrededores del pueblo. Entre sus posesiones se incluía además una ganadería, en El Coronil, de la que observamos el hierro de marca en las fotos que mostramos.
Pero uno de los hechos más curiosos es que fue un pionero en la mecanización del campo y de este modo
figura como uno de los primeros propietarios agrarios en compró una trilladora de vapor en 1885 a Francisco Trotter Williams, representante de la marca Shuttelworth de Lincoln, siendo de gran tamño, con todo su aparato completo, que permitía trillar, crivar, aventar, sacudir... por un precio de 15000 pesetas o 60000 reales pagaderos en dos plazos de 30000 reales cada uno. Esto fue un primigenio inicio de la mecanización de nuestros campos aunque sin duda el método tradicional de trilla perduró algunos años más dado el considerable número de eras que hay repartidas.
En cuanto a esta fotografía en cuestión es del tipo conocida como a la Albúmina, y era el tipo más común de fotos usados entre 1860 y 1890 para realizar retratos. El método consistía en el positivado del papel en contacto directo con un negativo de cristal. Como resultado obtenemos una foto de color canela que si bien da una gran nitidez resulta bastante frágil a la exposición de la luz y por ello va perdiendo color y tiende a agrietarse aunque esta está en buenas condiciones. Las he conservado, al igual que todas las de mi colección, en papel no ácido para preservarlas mejor tras su digitalización.
En el plano personal y familiar unió sus posesiones, en El Coronil, a las que obtuvo por su casamiento con Inés Martínez, lo que le supuso ser una de las familias más adineradas de la zona, siendo propietarios entre otras fincas de Sosa y Topete, en los alrededores del pueblo. Entre sus posesiones se incluía además una ganadería, en El Coronil, de la que observamos el hierro de marca en las fotos que mostramos.
Pero uno de los hechos más curiosos es que fue un pionero en la mecanización del campo y de este modo
figura como uno de los primeros propietarios agrarios en compró una trilladora de vapor en 1885 a Francisco Trotter Williams, representante de la marca Shuttelworth de Lincoln, siendo de gran tamño, con todo su aparato completo, que permitía trillar, crivar, aventar, sacudir... por un precio de 15000 pesetas o 60000 reales pagaderos en dos plazos de 30000 reales cada uno. Esto fue un primigenio inicio de la mecanización de nuestros campos aunque sin duda el método tradicional de trilla perduró algunos años más dado el considerable número de eras que hay repartidas.
En cuanto a esta fotografía en cuestión es del tipo conocida como a la Albúmina, y era el tipo más común de fotos usados entre 1860 y 1890 para realizar retratos. El método consistía en el positivado del papel en contacto directo con un negativo de cristal. Como resultado obtenemos una foto de color canela que si bien da una gran nitidez resulta bastante frágil a la exposición de la luz y por ello va perdiendo color y tiende a agrietarse aunque esta está en buenas condiciones. Las he conservado, al igual que todas las de mi colección, en papel no ácido para preservarlas mejor tras su digitalización.
De Juan Jesús Portillo Ramos, historiador Local.
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