Muchos medios de comunicación y
gente del lugar creen que en Puerto Serrano, la lucha por las
libertades comenzaron con la llegada de la democracia. Nada más lejos de
la realidad. Ahora vas a comprobar que Puerto Serrano, lucho por su
libertad con la sangre de sus hombres y jamás quiso arrodillarse por muy
fuerte que fuera su enemigo.
A finales del siglo XVIII, Andalucía era la región más prospera del Reino, ingresando la tercera parte de las rentas del estado, y Sevilla era la segunda capital en importancia, detrás de Madrid. Cádiz, era el principal puerto marítimo, seguido por el de Barcelona.
Entretanto los reyes andaban entre inmoralidades e intrigas. El príncipe de Asturias, que luego fue Fernando VII, conspirando contra su padre el Rey, y el Rey se dedicaba solo a la caza, dejando abandonadas sus tareas.
Napoleón aprovecha esta coyuntura y la amistad con el Rey de las Españas, para entrar en el país con el pretexto de conquistar Portugal.
En 1807 el ejército francés entra por las provincias vascongadas. Ocuparon todo el pirineo. El pueblo se manifestaba acusando al Gobierno y su primer gobernante Godoy como responsables de ello. El rey empujado por su hijo y varios leales a éste, abdico en Fernando VII.
Ya el ejército francés estaba a las puertas de Madrid e hizo prisionero al Rey, firmando este la renuncia al trono de España de los Borbones, en favor de su hermano José I.
Napoleón había tropezado en una gran piedra, con el Pueblo Español, un pueblo indomable que se levantó el día 2 de Mayo de 1.808, no aceptando el yugo francés y este cambio de Rey impuesto.
Andalucía es la primera en organizar la resistencia contra el invasor francés, que tenía muchos adictos a los que llamaron “AFRANCESADOS” contra los que también había que luchar.
En Puerto Serrano nos enteramos del levantamiento, por un mensajero que vino desde Montellano.
Atendiendo al llamamiento de la Junta de Defensa contra el ejército francés, y a pesar de que Puerto Serrano estuvo incluido en lo que los franceses denominaron “línea del Guadalete” estando bajo dominio francés se constituyó una partida compuesta por 36 efectivos de caballería y 160 de infantería, bajo el comandante Don Pedro Aguilar. Las partidas guerrilleras de esta Zona estuvieron dirigidas por D. Andrés Ortiz de Zárate.
Los Franceses rompieron la línea de defensa andaluza en Despeñaperros el 20 de Enero de 1.809, y entraron en nuestra comunidad.
El día 9 de Junio de 1.808, al pedir socorro Morón, un batallón de voluntarios de este pueblo se dirigió allí, y se unió con otros que habían llegado de El Coronil y Montellano para luchar contra el ejército mejor del mundo de la época. Desde allí marcharon a La Puebla.
Morón fue tomado por los franceses que estaban comandados por el Mariscal Soult, pero una partida de bandoleros, los rechazó matando a los que estaban allí, pero vinieron más franceses, una columna del batallón número 43 de Infantería al mando del comandante Serrat y se produjo una lucha que estaba ya perdida de antemano.
En Marzo, Morón estaba bajo el control francés y dejaron un batallón de Suizos permanente en el Convento de San Francisco. La gente de Puerto Serrano, junto con los de Montellano, en su lucha sin cuartel, decidieron atacarles, aún sabiendo que eran inferiores, pues solo tenían escopetas de caza y trabucos y los franceses estaban mejor preparados, con un sofisticado armamento para la guerra. Después de una feroz lucha, y de haber matado muchos franceses, fueron rechazados y perseguidos hasta la sierra de Esparteros, donde se refugiaron. Puerto Serrano había declarado la guerra al Ejército más poderoso del mundo.
Socorrieron muy rápidos junto a otras columnas de Guerrilleros de otros pueblos. A Grazalema en el ataque sufrido el 6 y 7 de abril de 1810 por parte de una columna de unos 3.000 soldados franceses enviados por Beaussain, donde se luchó casa por casa. Ortíz de Zárate envió peticiones de ayuda a Algodonales, Puerto Serrano y Montellano para que acudieran a Grazalema por la parte opuesta a la que él estaba para coger a los Imperiales por los dos lados.
El 14 de Abril de 1.810 en participación con otros guerrilleros de Montellano y Morón atacaron a una columna francesa que se dirigía a Ronda causándole bajas, por lo que el 22 de Abril muy temprano, el Coronel Bonnemains avanza desde Arcos con un gran número de soldado. Vinieron los franceses, entre los que se encontraba el 5º de Cazadores a caballo del ejército del Mariscal Soult y caen sobre Montellano. Los montellaneros se defienden con mucha valentía, dirigidos por su alcalde Don José Romero.
Desde Puerto Serrano, se escuchaba el tronar de los cañones y se veía el resplandor de las llamas en el horizonte. Don Pedro Aguilar, nuestro comandante, envió un mensajero a Algodonales que llegó el 22 de Abril de 1810 a las 10 de la mañana, tan rápido como pudo, reventando un caballo, que decía: “Montellano invadido por el enemigo, acreditándolo los cañonazos que suenan continuamente, arde por los cuatro costados... como verdadero español, notificamos esta catástrofe, implorando el auxilio de los verdaderos patriotas. ¡Acudamos en socorro de aquella villa hermana!”.
Al mando de Don Gaspar Tardío y Don Francisco Salcedo, comandantes de Algodonales, se organiza una columna de auxilio compuesta de 13 a caballo y 60 a pie. Se unen en el Chaparral a las fuerzas Policheras al mando de Don Pedro Aguilar. Se dirigen a Montellano a salvar lo que queda. En la Finca “la Tenería”, dan vista a una fuerza de franceses, estos mandan a una patrulla de reconocimiento para reconocer nuestras fuerzas. Son recibidos con la mayor serenidad y le tienden una emboscada, cayendo todos. Vinieron los demás, y aunque eran muy superiores en número y armamento los Serrano le plantaron cara. Aguantaron como jabatos sin ceder un palmo de tierra, disparando y tirando a descarga cerrada hasta caer la noche, que puso tregua a la lucha. Al amanecer vieron pasar unas divisiones francesas camino de Bornos y esperaron para entrar en Montellano a que la retaguardia pasase el río salado. Solo se mantenía de pie la casa del Alcalde Don José Romero, único baluarte infranqueable para los 1300 furiosos franceses. Cuando los franceses se disponían a cañonear esta casa, hizo su aparición la partida que compuesta por 200 guerrilleros de Puerto Serrano y Algodonales y se inició una lucha encarnizada, y al no estar en campo abierto, los guerrilleros se hicieron muy fuertes, teniendo que retirarse los “gabachos” ya por la noche, aunque antes de retirarse habían incendiado el pueblo. Entre las filas francesas fueron heridos según consta en sus partes de guerra, los oficiales los tenientes Oliver (Ayudante de Campo), Tilly y Couteuvre, muriendo este último posteriormente a causa de las heridas recibidas y siete más (un comadante y seis soldados enemigos) y otros diecisiete al retirarse.
A finales del siglo XVIII, Andalucía era la región más prospera del Reino, ingresando la tercera parte de las rentas del estado, y Sevilla era la segunda capital en importancia, detrás de Madrid. Cádiz, era el principal puerto marítimo, seguido por el de Barcelona.
Entretanto los reyes andaban entre inmoralidades e intrigas. El príncipe de Asturias, que luego fue Fernando VII, conspirando contra su padre el Rey, y el Rey se dedicaba solo a la caza, dejando abandonadas sus tareas.
Napoleón aprovecha esta coyuntura y la amistad con el Rey de las Españas, para entrar en el país con el pretexto de conquistar Portugal.
En 1807 el ejército francés entra por las provincias vascongadas. Ocuparon todo el pirineo. El pueblo se manifestaba acusando al Gobierno y su primer gobernante Godoy como responsables de ello. El rey empujado por su hijo y varios leales a éste, abdico en Fernando VII.
Ya el ejército francés estaba a las puertas de Madrid e hizo prisionero al Rey, firmando este la renuncia al trono de España de los Borbones, en favor de su hermano José I.
Napoleón había tropezado en una gran piedra, con el Pueblo Español, un pueblo indomable que se levantó el día 2 de Mayo de 1.808, no aceptando el yugo francés y este cambio de Rey impuesto.
Andalucía es la primera en organizar la resistencia contra el invasor francés, que tenía muchos adictos a los que llamaron “AFRANCESADOS” contra los que también había que luchar.
En Puerto Serrano nos enteramos del levantamiento, por un mensajero que vino desde Montellano.
Atendiendo al llamamiento de la Junta de Defensa contra el ejército francés, y a pesar de que Puerto Serrano estuvo incluido en lo que los franceses denominaron “línea del Guadalete” estando bajo dominio francés se constituyó una partida compuesta por 36 efectivos de caballería y 160 de infantería, bajo el comandante Don Pedro Aguilar. Las partidas guerrilleras de esta Zona estuvieron dirigidas por D. Andrés Ortiz de Zárate.
Los Franceses rompieron la línea de defensa andaluza en Despeñaperros el 20 de Enero de 1.809, y entraron en nuestra comunidad.
El día 9 de Junio de 1.808, al pedir socorro Morón, un batallón de voluntarios de este pueblo se dirigió allí, y se unió con otros que habían llegado de El Coronil y Montellano para luchar contra el ejército mejor del mundo de la época. Desde allí marcharon a La Puebla.
Morón fue tomado por los franceses que estaban comandados por el Mariscal Soult, pero una partida de bandoleros, los rechazó matando a los que estaban allí, pero vinieron más franceses, una columna del batallón número 43 de Infantería al mando del comandante Serrat y se produjo una lucha que estaba ya perdida de antemano.
En Marzo, Morón estaba bajo el control francés y dejaron un batallón de Suizos permanente en el Convento de San Francisco. La gente de Puerto Serrano, junto con los de Montellano, en su lucha sin cuartel, decidieron atacarles, aún sabiendo que eran inferiores, pues solo tenían escopetas de caza y trabucos y los franceses estaban mejor preparados, con un sofisticado armamento para la guerra. Después de una feroz lucha, y de haber matado muchos franceses, fueron rechazados y perseguidos hasta la sierra de Esparteros, donde se refugiaron. Puerto Serrano había declarado la guerra al Ejército más poderoso del mundo.
Socorrieron muy rápidos junto a otras columnas de Guerrilleros de otros pueblos. A Grazalema en el ataque sufrido el 6 y 7 de abril de 1810 por parte de una columna de unos 3.000 soldados franceses enviados por Beaussain, donde se luchó casa por casa. Ortíz de Zárate envió peticiones de ayuda a Algodonales, Puerto Serrano y Montellano para que acudieran a Grazalema por la parte opuesta a la que él estaba para coger a los Imperiales por los dos lados.
El 14 de Abril de 1.810 en participación con otros guerrilleros de Montellano y Morón atacaron a una columna francesa que se dirigía a Ronda causándole bajas, por lo que el 22 de Abril muy temprano, el Coronel Bonnemains avanza desde Arcos con un gran número de soldado. Vinieron los franceses, entre los que se encontraba el 5º de Cazadores a caballo del ejército del Mariscal Soult y caen sobre Montellano. Los montellaneros se defienden con mucha valentía, dirigidos por su alcalde Don José Romero.
Desde Puerto Serrano, se escuchaba el tronar de los cañones y se veía el resplandor de las llamas en el horizonte. Don Pedro Aguilar, nuestro comandante, envió un mensajero a Algodonales que llegó el 22 de Abril de 1810 a las 10 de la mañana, tan rápido como pudo, reventando un caballo, que decía: “Montellano invadido por el enemigo, acreditándolo los cañonazos que suenan continuamente, arde por los cuatro costados... como verdadero español, notificamos esta catástrofe, implorando el auxilio de los verdaderos patriotas. ¡Acudamos en socorro de aquella villa hermana!”.
Al mando de Don Gaspar Tardío y Don Francisco Salcedo, comandantes de Algodonales, se organiza una columna de auxilio compuesta de 13 a caballo y 60 a pie. Se unen en el Chaparral a las fuerzas Policheras al mando de Don Pedro Aguilar. Se dirigen a Montellano a salvar lo que queda. En la Finca “la Tenería”, dan vista a una fuerza de franceses, estos mandan a una patrulla de reconocimiento para reconocer nuestras fuerzas. Son recibidos con la mayor serenidad y le tienden una emboscada, cayendo todos. Vinieron los demás, y aunque eran muy superiores en número y armamento los Serrano le plantaron cara. Aguantaron como jabatos sin ceder un palmo de tierra, disparando y tirando a descarga cerrada hasta caer la noche, que puso tregua a la lucha. Al amanecer vieron pasar unas divisiones francesas camino de Bornos y esperaron para entrar en Montellano a que la retaguardia pasase el río salado. Solo se mantenía de pie la casa del Alcalde Don José Romero, único baluarte infranqueable para los 1300 furiosos franceses. Cuando los franceses se disponían a cañonear esta casa, hizo su aparición la partida que compuesta por 200 guerrilleros de Puerto Serrano y Algodonales y se inició una lucha encarnizada, y al no estar en campo abierto, los guerrilleros se hicieron muy fuertes, teniendo que retirarse los “gabachos” ya por la noche, aunque antes de retirarse habían incendiado el pueblo. Entre las filas francesas fueron heridos según consta en sus partes de guerra, los oficiales los tenientes Oliver (Ayudante de Campo), Tilly y Couteuvre, muriendo este último posteriormente a causa de las heridas recibidas y siete más (un comadante y seis soldados enemigos) y otros diecisiete al retirarse.
Como el pueblo estaba destruido convencieron a los de
Montellano para que se fueran a Algodonales. La despedida de Puerto
Serrano al héroe de Montellano don José Romero fue de forma apoteósica.
La guerra continúa sin cuartel. La tarde del primero de Mayo de 1.810, los franceses caen también sobre Algodonales. Se defienden con gran valor, obligando a los invasores a tomar casa por casa. Casi todo el pueblo estaba en llamas por la noche y los Algodonaleros se van al monte. Don José Romero decide resistir en una lucha “kamikaze”. La crónica dice “Defendiendo su casa sucumbe el esforzado patriota, después de causar numerosas bajas entre los franceses junto con su criado Antonio Arenillas, Don Francisco Ascanio y otros familiares”, su lugar es ocupado por sus hijos, Jeronima de 17 años y José María de 12. Una vez herida la niña e incendiado el edificio tuvieron que rendirse.
La guerra continúa sin cuartel. La tarde del primero de Mayo de 1.810, los franceses caen también sobre Algodonales. Se defienden con gran valor, obligando a los invasores a tomar casa por casa. Casi todo el pueblo estaba en llamas por la noche y los Algodonaleros se van al monte. Don José Romero decide resistir en una lucha “kamikaze”. La crónica dice “Defendiendo su casa sucumbe el esforzado patriota, después de causar numerosas bajas entre los franceses junto con su criado Antonio Arenillas, Don Francisco Ascanio y otros familiares”, su lugar es ocupado por sus hijos, Jeronima de 17 años y José María de 12. Una vez herida la niña e incendiado el edificio tuvieron que rendirse.
Murieron además en el combate la hija mayor, la tercera hija y otra de pecho. Sobrevivieron su mujer Ana Dorado y sus hijos Jerónima, José María y María Rosario de 7 años.
En la defensa de Algodonales, murió el polichero D. Juan de Mesa, casado con María Ximénes.
El comandante D. Pedro Aguilar, tiene noticias de que nos iban a atacar también. Los Policheros con inteligencia, y sabiendo lo que ocurría a los pueblos vecinos con la resistencia ante un ejército infinitamente superior, abandonaron sus casas y se fueron al monte, donde podían defenderse mejor, al ser buenos conocedores del terreno. Montaron su cuartel militar general en el Chaparral, pusieron una organización admirable e iniciaron la guerra de guerrillas. Solo se quedó el Cura que se negó a irse porque no quería dejar la Iglesia sola.
En algunos documentos encontrados, habla de otros jefes o comandantes como “Fulano Gallardo” o “Comandante Fernando Toro”
Se hicieron expertos en la guerra de guerrillas, uniéndose a ellos gente de Montellano y Algodonales, después de haber sido incendiados ambos pueblos.
Recibían ataques continuos por parte de los Imperiales, más en expediciones de castigo por no habernos podido doblegar con objeto de intentar controlar el territorio, cosa que no pudieron conseguir.
Consta que durante el primer cuatrimestre de 1810 se franquearon subsistencias a los patriotas de Puerto Serrano, Prado del Rey, El Bosque, Espera, Bornos, Algar, a la partida de Villamartín y a la de Fernando Clavijo. Estaba compuesto esta ayuda de Pan, carne, vino, cebada, grano, aceite, trigo. Herraduras, clavos, pólvora, etc.
El General Ballesteros, con unos 10.000 soldados, cruza el Guadalete y el 15 de Noviembre de 1.811 llega a Utrera. Soult se siente amenazado y ordena se les corte la retirada, enviando al General Semelé a Montellano y Puerto Serrano y a la Caballería a Villamartin. El General Semele, se quedó con su ejército en Puerto Serrano, pueblo que estaba abandonado.
La Sierra de Cádiz quedó entroncada dentro del ámbito de la Comandancia Militar del Campo de Gibraltar que se encuadró en el 4º Ejército, y dividida en dos zonas de actuación, por un lado “la Campiña Alta”, desde Arcos, Bornos y Villamartin a Puerto Serrano y de allí a Algodonales/Zahara y a Olvera para enlazar con Ronda, mientras que desde Prado del Rey-El Bosque hacia el interior (Ubrique, Benaocaz, Villaluenga y Grazalema) y de allí a través de Cortes y Jimena. Nos transmitían las órdenes a través de la Junta de Jimena, obedeciéndolas al pie de la letra, ciegamente, como verdaderos patriotas.
La orden recibida más habitualmente era que como estábamos en un cruce importante de caminos que obligatoriamente tenían que seguir las franceses, para enlazar desde Ronda con Sevilla o Madrid y Morón con Jerez, había que ponerles difícil su ocupación, ordenándoseles destruir o apoderarse de su ganado, comida y municiones, interrumpir sus correos matando a sus portadores, observar y transmitir sus movimientos de tropas, destruir sus depósitos de municiones, fatigarlos con alarmas continuas, crear rumores falsos, hacer que la paga no llegara a los soldados y sobre todo matar a cuantos franceses pudieran. Parece que lo consiguieron pues el historiador Broglie escribió que “el que se retrasara 50 pasos ponía en peligro su vida”.
Parecían pacíficos campesinos, pero tenían el arma enterrada en la tierra y lo sacaban cuando veían a algún francés. Según Miguel Artola nos relata en su obra “La Guerra de Guerrillas” número 10 de Enero de 1.964.
(Hecho en 1.811, por Tomás Pascual Maupoey, a una escala 1/2000 aproximadamente, a toda prisa porque este pueblo estaba lleno de franceses).
Los patriotas guerrilleros españoles, causaron una
media de 100 bajas diarias al ejército francés, cosa inaguantable para
un ejército de aquel tiempo, por lo que tuvieron gran éxito. Según
estimó D. Andrés Ortiz de Zárate en la zona de la Sierra de Cádiz
murieron o fueron heridos más de 8.000 soldados franceses.
Para fortificar el castillo de Morón, los franceses obligaron a trabajar a los prisioneros de Morón, Puerto Serrano, montellano y Arahal.
Los franceses no pudieron doblegar a Puerto Serrano, no conquistaron el pueblo, entrando en un pueblo fantasma, abandonado. Es por ello, por lo que el pueblo, físicamente, salió mejor parado que otros, pero no es menos cierto que luchando, murieron muchos Policheros defendiendo nuestra tierra y los pueblos vecinos de Montellano, Algodonales, Grazalema, Morón, etc.
Los franceses fueron obligados a irse de aquí en Agosto de 1.812, formándose una gran fiesta popular.
El 9 de Marzo de 1813, Ballesteros al mando del 4º ejército, pasa por el pueblo, y fecha aquí un oficio (Manifiesto de la Regencia de las Españas sobre Cesación en el mando del Quarto Exército y Capitanía General de Andalucía). Había formado el mejor ejército español de mucho tiempo y hubo policheros que se unieron a este ejercito.
Los Policheros estuvieron en la jura de la Constitución promulgada por las Cortes de Cádiz, a la que juraron defender con su sangre.
Aquel principio de democracia y libertad nació en Andalucía gracias a la inquitud, lucha y sangre de gente como los Policheros.
Para fortificar el castillo de Morón, los franceses obligaron a trabajar a los prisioneros de Morón, Puerto Serrano, montellano y Arahal.
Los franceses no pudieron doblegar a Puerto Serrano, no conquistaron el pueblo, entrando en un pueblo fantasma, abandonado. Es por ello, por lo que el pueblo, físicamente, salió mejor parado que otros, pero no es menos cierto que luchando, murieron muchos Policheros defendiendo nuestra tierra y los pueblos vecinos de Montellano, Algodonales, Grazalema, Morón, etc.
Los franceses fueron obligados a irse de aquí en Agosto de 1.812, formándose una gran fiesta popular.
El 9 de Marzo de 1813, Ballesteros al mando del 4º ejército, pasa por el pueblo, y fecha aquí un oficio (Manifiesto de la Regencia de las Españas sobre Cesación en el mando del Quarto Exército y Capitanía General de Andalucía). Había formado el mejor ejército español de mucho tiempo y hubo policheros que se unieron a este ejercito.
Los Policheros estuvieron en la jura de la Constitución promulgada por las Cortes de Cádiz, a la que juraron defender con su sangre.
Aquel principio de democracia y libertad nació en Andalucía gracias a la inquitud, lucha y sangre de gente como los Policheros.
Por Manuel García Gil
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