18 dic 2018

Construcción del Balneario de Pozo Amargo

A veces la información está en todas partes, incluso en el techo... Tras una serie de casualidades he conseguido encontrar documentación de la construcción de ese lugar mágico y que hasta este año no hemos empezado a dar a conocer como es el Balneario de Pozo Amargo, cuyo uso se data desde el siglo XVIII atestiguado pero que he remontado hasta 1610 de forma documental y que expuse en la conferencia que impartí junto a José Reina Romero, otro habitante y gran enamorado del lugar que le vio crecer.
Fruto de una investigación y de casualidades me ha llevado a obtener la única documentación que al parecer existe respecto al mismo y que me ha sido cedida por la descendiente actual del fundador del balneario, el señor Vicente Casarrubios Ruano, quien inició su construcción allá por 1890, siendo un visionario de la época y pretendiendo instalar una colonia agrícola de mayores proporciones, dando fe de su carácter emprendedor. No existe documentación del mismo ni en los Archivos Históricos Provinciales de Sevilla y Cádiz, ni en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares y muy poca en el Archivo Municipal de Morón.
He podido averiguar a raíz de mi investigación lo que era la vida de la Belle Époque de la zona, tan azotada por el caciquismo, pero que también tuvo su intrahistoria particular del que aún podemos ver las ruinas del edificio en el que se reunía la alta sociedad de la época como la Condesa de Miraflores de los Ángeles o los Sánchez-Ibargüen de Montellano además de las personas que monjas y frailes atendían de caridad, cumpliendo así las leyes vigentes del termalismo de la época y que hizo que en un inicio se intentasen construir dos balnearios, uno para los bañistas alojados y otros para los "pobres de solemnidad", esa figura que por desgracia ha vuelto a nuestros tiempos.
El visionario Vicente Casarrubios Ruano no reparó en la construcción de su colonia de Santa Isabel, como iba a llamarse, y mandó traer moreras de Teruel y Valencia, ciruelos y bruños de Portugal, naranjos de Álora, almendros de Olvera.... Construyó una ermita, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, donde se ofició la primera misa una calurosa mañana del 21 de julio de 1890.
El balneario cerró sus puertas en 1931 y las viviendas fueron vendidas a vecinos de la zona, que con gran esfuerzo y escasa ayuda han conseguido conservarlas, además de la ermita, que desde hace no mucho pertenece al obispado de Jerez.
Peor suerte ha corrido el edifico del balneario propiamente dicho, tras su cierre sus salas de baño privado y piscinas comunitarias sirvieron de establo para el ganado, eran tiempos duros y había que buscar utilidad a todo, a pesar de ser uno de los dos únicos balnearios en España que contaba con sala de nebulizaciones, baños de asiento y ducha circular... En 1941 se vio desposeído de su caldera, sus candelabros.... y hasta de su historia, pero se niega a que ésta muera.
Tras el derrumbe de su techumbre hace unos años nos desveló uno de sus secretos, un archivo en forma de tablillas, a modo de las que escribían los romanos. El recubrimiento, en vez de cañas, estaba hecho con maderas de cajones de tabaco de las fábricas de Sevilla y Madrid, en las que podemos ver las cantidades de cajetillas que contenían cada una y que probablemente venían de las últimas provincias caribeñas que aún quedaba a una España que ya sólo era un reflejo de lo que fue antaño. Un ejemplo más de que don Vicente Casarrubios no reparó en la procedencia de los materiales para obtener la máxima calidad en lo que hacía.
Gracias a ésto y a la documentación recientemente localizada por el que estas notas escribe hemos podido aclarar muchísimas dudas. En los archivos y los documentos está nuestra historia y éste es un ejemplo vivo del mismo.
Para los que no lo conozcáis, es un sitio idílico para perderse, incluso no hay apenas cobertura de móvil lo que para mí es una ventaja y es que don Vicente Casarrubios ya era un visionario en el siglo XIX, hasta para ésto.
Os presento un extracto de los documentos recientemente localizados y que no han sido vistos en más de 125 años, un trozo de la historia de Morón de la Frontera y Puerto Serrano que ha vuelto a ver la luz.










De Juan Jesús Portillo Ramos (Historiador local)


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